jueves, 28 de junio de 2007

Un día de buzos

"El frío complica siempre las cosas" dice Cortázar mientras su personaje se enreda intentando ponerse un pullover. Para nosotros también se complican las cosas con el frío, y mucho más para los chicos del comedor Don Bosco. Como en otros años, planeamos nuevamente la "Campaña de los buzos" que en esta oportunidad, también participaron los chicos del Colegio Suizo. La campaña de los buzos consiste en que cada uno de nosotros debe garantizar una cierta cantidad de buzos (entre los que se van colando camperas, pantalones, medias y camisetas), con el fin de que sean repartidas entre los chicos. El día de la selección es una fiesta, porque lo que se hace es ver talles, colores y formas para cada uno de nuestros chicos. Esta vez el encuentro fue en la casa de Rossana. Sergio Paz describió cómo fue esa selección.

LO QUE REALMENTE SUCEDIO ESA NOCHE EN LO DE ROSSANA
El portero del noveno piso no para de sonar.
Todos los celulares desentonan melodias al mismo tiempo.
El timbre del departamento no se puede quedar atras.
La puerta se abre y las invitadas desfilan luciendo delicados vestidos en papel madera. De la mano, conducen a las seños de luciana, quien devino anfitriona cuando rossana tuvo que bajar a toda velocidad para conseguir parches, hilo, agujas y botones grandes de mas, antes que cerraran las puertas de todas las mercerias del mundo.

- Buenas salenas- saludan las invitadas en un ir entrando.
para distraernos de la fuga, mariana deja sobre una pequeña mesa un agua de durazno con un cartel que dice "bebeme". Y nadie se atreve a tocar; Luciana salta de silla en silla y hace aparecer mariposas por todas partes; Emi teje flores y dirige visitas guiadas al toillete. Entonces aparece silvina con chocolates para todos y con mucha sed. Sonia, contenta con el regalo, dice algo como "Papá Noel" o "navidad". Sergio desconfía de un presagio, y guarda el chocolate en la mochila.
-Falta una bolsa- dice silvina. Y entonces no puede ser. Todo esta perdido. Y no. Llamadas por celular. Nada. Maldice su suerte y vuelve a su casa por el olvido.
Llega Mimí y descubre el chocolate guardado. Las sospechas de Sergio se confirman, y el chocolate se salva por un pelo.
Con Rossana súbitamente en el departamento comienza la clasificación.
-Para la Marisol, está campera turquesa y este vaquero y esto y esto otro además de esto- dice Rossana, que ya dejo de escuchar y solo responde con sonrisas compradoras.
Belén, organiza el juego del comedor, pregunta para quién es ese conjunto y si es correcto el talle, dobla prolijamente la ropa y, poco a poco, las pilas van tomando las mesas, las sillas , los sillones.
Para Lu, la ropa de los chicos debe estar por un lado, y la de las chicas por otro.
Mientras tanto, Alicia y Sergio, en el lavadero intentan pegar el parche con una plancha casi caliente (una plancha no es un buen martillo). Al ver a ese par de incompetentes, mariana los despide para hacer por su propia cuenta un buen trabajo.
Aguja en mano, Sonia zurce un buzo sentada en un sillón que a quedado libre de la campaña textil desplegada.
Dócilmente (y con ayuda de Belén) la ropa ingresa en las bolsas con nombres respectivos y mariposas, bajo las estrictas miradas de Alicia y Mariana, que toman asistencia.
- Esto no puede ser - dicen cuando ven un cuatro o un cuatro como cantidad al lado de un nombre.
- Hay bufandas para las del taller de tejido- aclara Rossana.
- Aquí falta para Néstor, para Miguel- dice Belén
- Bueno, entonces hay que largar un plan b- sugiere Mimí.
- No hace falta ningún plan b- ruge silvina cortésmente.
- Cuantas pizzas pido. O prefieren empanadas- pregunta Rossana.
Justo cuando la cabeza de todos esta a punto de estallar de cansancio o stress, completamos la tarea y todo vuelve a su orden.
En esa felicidad, Alicia, Sonia y Mariana se escabullen antes que llegue la comida.
-Y ahora que hacemos con tanta comida- pregunta Rossana, pero ya es demasiado tarde.
Rossana, Emi, Sil, Mimí, Belén y Sergio cenan juntos (Luciana decide que lo hará con el padre). Todos se dan una gran panzada.
Mimi, mientras es acosada por celular, exige postre, o cuanto menos, algo dulce.
Sergio se va lentamente, ya casi desapareciendo, y Rossana sugiere que lleve empanadas. Pero ya no está.


Este informe se completa con una posdata que dice que la entrega de ropa en el comedor infantil Don Bosco fue un rotundo éxito gracias al trabajo de todo el equipo (que es una pinturita).