Hugo Midón se definía como "un jugador nato, no ñato, nato..." y todos nos dimos cuenta, cuando vimos sus obras y escuchamos las canciones que compuso con su compañero Carlos Gianni a lo largo de 40 años, que eso de jugar era lo que más nos gustaba de él. Fue un autor y director teatral que hizo muchísimo "con tan poco", como lo hacía su mamá que "nunca tiraba nada" y así una camisa suya luego de gastada pasaba a ser "cuello mao", luego delantal para la cocina y luego "patines" para entrar a la casa. Así era su teatro. Un mundo donde los objetos, las palabras, los colores, la música se combinaban y mutaban en el caprichoso juego de quien se resiste a pensar un mundo infeliz, un mundo fuera de la mirada de los chicos. Midón propuso en cada una de sus obras un espacio para que chicos y adultos se ocuparan de los "grandes temas del hombre" y aprendieran a construir el mundo que se les antojara con la irreverencia y la valentía de aquel que sabe que nada es nunca tan serio como parece. Hoy se fue y nos dejó sus obras, su escuela de teatro musical y sus amigos. A nosotros nos queda seguir pensando en los maravilloso que el teatro tiene para sumarle a la infancia y afirmar con contundencia cuánto se equivocan aquellos que conciben al teatro infantil como un "rubro menor". Hugo Midón fue la prueba fehaciente de eso.
("Yo no me arreglo solito", Hugo Midón- Carlos Gianni)
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